En un rincón íntimo de la cocina, sobre una manta al lado de la estufa tipo salamandra, la pasión se desborda. Estamos de rodillas, entregándonos al calor del momento y al calor del fuego, en una conexión tan intensa como el lugar que nos rodea. La manta bajo nosotros se convierte en el escenario de un deseo espontáneo y auténtico, donde cada roce se siente aún más ardiente junto al calor de la salamandra.

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